“Aprender euskera es divertido”

Eso cree Hideano Dohino (Yokohama, 1994), historiador japonés que hace cuatro años comenzó a estudiar euskera en la capital de su país. Pero, eso sí, considera que a pesar de ello esforzarse es necesario, porque “todas las lenguas son difíciles y el interés es la clave".

Dohino comenzó a estudiar gramática, poco a poco, en Tokio. Antes del inicio de la pandemia, viajó a Madrid para realizar un máster en historia europea, y allí continuó en la Euskal Etxea para no olvidar lo aprendido. Con motivo del máster, comenzó a viajar al País Vasco, todos los meses, sobre todo a Lekeitio. Vive ahora en Oñati, mientras investiga sobre las revueltas de 1766 en Gipuzkoa rodeado de vascos, como él dice. Con ellos siempre habla euskera, porque, según confiesa, no le dejan hacerlo en castellano.

Ha aprendido euskera en dos años, que no es poco. Creer que la clave está en tener interés en aprender, porque para aprender cualquier lengua hay que esforzarse, ya que todas tienen su complejidad. Últimamente, además, también se ha atrevido con el bertsolarismo, y el pasado mes de marzo se estrenó en las fiestas del barrio donostiarra de Ibaeta. Tuvo como compañeros sobre el escenario nada más y nada menos que a Egaña, Gaztelumendi y los hermanos Lizaso.